Mi relato Gran Sol ha sido publicado este mes en la web de Maelstrom. Es uno de mis relatos favoritos, porque después de una época de historias muy oscuras, esta fue la primera que escribí en la que había esperanzas, donde se veía la fuerza para luchar, para seguir adelante aunque las posiblidades de triunfo fueran nulas y a pesar de que el mundo se desmorona a tu alrededor. Está estructurado alrededor de dos personajes, uno de ellos fuerte, decidido y desesperado; el otro débil, pasivo y con el miedo de quien a pesar de no tener nada siente que tiene algo que perder. Tengo más relatos estructurados alrededor de dos personajes parecidos y el final es similar, pero mientras que en los otros relatos la huida del personaje desesperado es hacia la muerte, y eso lo veo yo muy claro aunque en los relatos lo suelo dejar en el aire, en este relato la huida es hacia la vida. Es posible que el lector no se de cuenta, no tengo muy claro qué es lo que percibe, pero yo sí lo sé. Sé hacia dónde van mis personajes después del punto final.
Gran Sol no es un relato actúal, lo escribí hace algunos años y fue un relato afortunado, porque obtuvo un accesit en el concurso Ovelles Eléctriques y muy buenas críticas en su momento; decidí enviarlo a Maelstrom porque aunque no sea inédito, creo que es un buen relato y hace ya tanto tiempo que nadie llega a la página del Ovelles si no es buscándolo expresamente. Cuando cuelgas relatos te alegras de que estén disponibles para que cualquiera pueda leerlos, pero en la realidad lo cierto es que nadie bucea en las páginas buscando relatos y solo leen lo que les llega, lo inmediato, y podría compartirlo yo misma en las redes sociales, pero entonces solo os llegaría a vosotros y gracias a colgarlo en una nueva página es posible que el relato llegue a gente que no me conoce, es posible que esos desconocidos lo lean y lo disfruten.
Y lo cierto es que ha pasado, Maelstrom tiene una lista de correo que recibe el relato antes de que sea colgado en su web y cuando enviaron el mío, empezaron a llegarme comentarios. Algunos de amigos que no lo habían leído antes, otros de desconocidos que descubrí gracias a que el twitter de la web los estaba compartiendo. Os puede parecer una tontería, pero son tan pocos los comentarios que recibo que cualquiera de ellos supone una gran alegría. Es la sensación de que estás haciendo algo bien, de que ha gustado, de que lo que haces le interesa a alguien. A veces un comentario es lo que te impulsa a seguir adelante cuando estás a punto de rendirte.
Como curiosidades, os comento que el título se lo "tomé prestado" a una canción de Marlango, de un disco que escuchaba mucho en la época en la que lo escribí y es también uno de mis primeros relatos de ciencia-ficción.
Os dejo el link al relato, sé que algunos de vosotros lo habéis leído ya, pero así podéis conocer la página y echar un vistazo al resto de los relatos que tienen allí.
Van Gogh - Sauces a la puesta de sol