Han pasado ya muchos días y no iba a escribirla, pero como Erein me la ha pedido... ahi va el principio de la crónica de la Hispacón.
Todo comenzó el sábado por la mañana, cuando iba a coger el autobus que me llevaría a Valencia tras nueve largas horas de trayecto; cuando salí de casa era todavía de noche, las siete y veinte de la mañana, el autobus salía a las ocho y entre que iba andando y los nervios prácticamente iba corriendo,. Localizé rápidamente el anden del que salía, el autobús era viejo y destartalado, pero me apresuré a meter la maleta dentro y corrí hacia la fila que esperaba para entrar, esperé la cola, apenas quedaban cinco mintuos para irnos; justo al lado había un autobus mucho más nuevo y grande y bonito que no tenía cola, no sé por qué, me dio por preguntar... ¿Esto es aquí? pregunté enseñando al conductor solitario mi billete. Asintió con seguridad. ¡¡Mi maleta!! ¡¡Estaba en el autobús equivocado!! Corrí hacia el maletero que afortunadamente seguía abierto y rebusqué mi maleta que, como no, estaba al fondo, me di el primer golpe en la cabeza contra el borde del maletero y corrí hacia donde me indicaba el conductor del otro autobus, pues en ese las maletas se colocaban por destino, allí me di el segundo golpe en la cabeza con el borde del maletero, pero no importaba, ya estaba en el autobús, destino a Valencia, hecha un manojo de nervios.
Tenía muchísimo miedo, la noche anterior apenas había podido dormir: miedo a perder el autobús, a que ocurriera algo malo durante el viaje pero, sobre todo, miedo a lo que me iba a encontrar al llegar, miedo a la gente.Era mi primera Hispacón y en persona no conocía a nadie. Internet ha hecho mucho por los tímidos, detrás de la pantalla nadie ve cómo te sonrojas ni cuando algo te hace daño y yo me desenvuelvo mucho mejor por escrito que hablando. No iba a estar sola, mis compañeros de Sevilla Escribe estarían allí y dos de mis amigos del Multiverso. Erein me había ofrecido su casa (o yo me metí de okupa por toda la cara, no recuerdo bien, pero vamos, ha sido una afitriona perfecta :D ) y me había dicho que vendría a recogerme a la estación, lo que también me pareció genial porque con mi sentido de la orientación y en una ciudad desconocida podía terminar en la dirección contraria. Estaba deseando conocerlos a todos, pero también tenía miedo ¿y si en persona no les caía bien? ¿y si me cortaba y no era capaz de decir una palabra? Apenas dormí tampoco en el autobus.
Todo comenzó el sábado por la mañana, cuando iba a coger el autobus que me llevaría a Valencia tras nueve largas horas de trayecto; cuando salí de casa era todavía de noche, las siete y veinte de la mañana, el autobus salía a las ocho y entre que iba andando y los nervios prácticamente iba corriendo,. Localizé rápidamente el anden del que salía, el autobús era viejo y destartalado, pero me apresuré a meter la maleta dentro y corrí hacia la fila que esperaba para entrar, esperé la cola, apenas quedaban cinco mintuos para irnos; justo al lado había un autobus mucho más nuevo y grande y bonito que no tenía cola, no sé por qué, me dio por preguntar... ¿Esto es aquí? pregunté enseñando al conductor solitario mi billete. Asintió con seguridad. ¡¡Mi maleta!! ¡¡Estaba en el autobús equivocado!! Corrí hacia el maletero que afortunadamente seguía abierto y rebusqué mi maleta que, como no, estaba al fondo, me di el primer golpe en la cabeza contra el borde del maletero y corrí hacia donde me indicaba el conductor del otro autobus, pues en ese las maletas se colocaban por destino, allí me di el segundo golpe en la cabeza con el borde del maletero, pero no importaba, ya estaba en el autobús, destino a Valencia, hecha un manojo de nervios.
Tenía muchísimo miedo, la noche anterior apenas había podido dormir: miedo a perder el autobús, a que ocurriera algo malo durante el viaje pero, sobre todo, miedo a lo que me iba a encontrar al llegar, miedo a la gente.Era mi primera Hispacón y en persona no conocía a nadie. Internet ha hecho mucho por los tímidos, detrás de la pantalla nadie ve cómo te sonrojas ni cuando algo te hace daño y yo me desenvuelvo mucho mejor por escrito que hablando. No iba a estar sola, mis compañeros de Sevilla Escribe estarían allí y dos de mis amigos del Multiverso. Erein me había ofrecido su casa (o yo me metí de okupa por toda la cara, no recuerdo bien, pero vamos, ha sido una afitriona perfecta :D ) y me había dicho que vendría a recogerme a la estación, lo que también me pareció genial porque con mi sentido de la orientación y en una ciudad desconocida podía terminar en la dirección contraria. Estaba deseando conocerlos a todos, pero también tenía miedo ¿y si en persona no les caía bien? ¿y si me cortaba y no era capaz de decir una palabra? Apenas dormí tampoco en el autobus.
Llegué a Valencia a las siete y media de la tarde del sábado. Nadie me había visto, tampoco. No me gusta que me hagan fotos porque siempre salgo fatal y hasta ahora había conseguido no tener colgada ninguna en la red; tenía unas cuantas en el pc de una kdd a la que fui, pero hará un año se me estropeó el bicho y las perdí al formatear, nunca me preocupé de recuperarlas así que a mis amigos sólo pude darles una descripción vaga pero eso no me preocupaba. Reconocer a la gente es fácil (Erein me había amenazado con presentarse con un cartelito, pero al final no lo hizo :p), los vi un poco apartados, mirando como si no supieran a quien estaban buscando, había visto una foto de Erein, la chica me la recordaba... ¡Esos tienen que ser ellos! me dije, y toda emocionada fui a saludarles (y menos mal que lo eran, si no menudo corte) La esperaba solo a ella, pero Victor Mancha también se acercó a recogerme. Me hizo mucha ilusión. Fue un momento ¡puf! la alegría de verlos fue mucho mayor que los nervios y desde el principio empezamos a hablar y hablar sin parar como si nos conociéramos de toda la vida y no paramos durante todo el fin de semana. :D
Dejamos la maleta (con mi paraguas dentro, que tiene delito, porque tuve que volver para coger el regalo de Manchi que lo llevaba allí, justo al lado del paraguas, ains...) en la habitación de Manchi y fuimos para el edificio donde se celebraba la Hispacón. Comenzaba a chispear cuando salimos del hotel, no era nada, yo llevaba sandalias pero un poco de lluvia tampoco hace daño... Sí, sí.
Las gotas se fueron convirtiendo poco a poco en un diluvio, comenzamos a andar más rápido, luego a correr, chapoteando las sandalias en el agua, hasta que nos refugiamos en el marco de la puerta del mismo centro. Había gente dentro, pero ya estaba cerrado y no nos dejaron pasar. Nos quedamos alli, calados hasta los huesos, resguardandonos apenas mientras la lluvía caía tan espesa como una cortina. El resto de la gente estaba enfrente, bajo unas sombrillas en la plaza que había delante del edificio. Llegó entonces Uwe Vegas, desafiando los elementos para llegar hasta nosotros y hacernos fotos mojados y con una pinta horrible.(Uwe es un encanto, a pesar de su manía de intentar ponerme nerviosa a toda costa).
El agua no paraba de caer, parecía que el cielo se derrumbaba sobre nosotros. ¿Un nuevo diluvio justo sobre la Hispacón? Erein nos animó mucho diciendo que no, que en algún momento pararía, quizás esa misma noche, quizás al día siguiente, quizás dentro de dos días... Si las cosas parecían que no podían ponerse peor... podían, los miembros de la organización que estaban dentro del edificio, secos y a salvo, decidieron salir y echar la persiana. Nos echaron del portal en el que nos que nos habíamos refugiado y tuvimos que correr hasta la zona de las sombrillas, llegó un momento en que el agua que caía sobre nosotros ya me daba un poco igual, lo único que lamentaba era llevar las sandalias y las gafas, que de tan empapadas como estaban no veía nada.
Debajo de las sombrillas había bastante gente, distinguí a Palabras al fondo y fui saludarle, estaba rodeado por muchos sevillaescribientes. Tengo que reconocer que mis compañeros de Sevilla Escribe me daban un poco de miedo; todavía no los conozco mucho, llevo apenas un par de meses en el colectivo y tienen fama de gente abierta y espontanea y yo soy tan cortá que me parecía que no iba a encajar con ellos. Además me habían dicho que no me avergonzara cuando se pusieran a hacer el ridículo... todo mentira, si lo hicieron yo no lo vi. Todos fueron muy agradables y simpáticos, con algunos hablé más que con los otros (con Pil apenas nada, ains, :( si es que no había tiempo para todo). Todo el cague que llevaba se me quitó pronto, en realidad aquello no era muy distinto al foro, sólo que ves los gestos de la gente cuando te habla.
No recuerdo quién propuso ir a cenar, puede que uno de los que llevaban impermeables, porque todavía llovía. Avanzamos atravesando los charcos, no había ninguna manera de evitarlos, parecía que estaba en la orilla del mar, los pies cubiertos totalmente por las olas, la suela de las sandalias se me pegaba a los pies, sentía que me resbalaba, casi no podía andar, avanzaba a trompicones, ciega, intentando quitar el agua de las gafas pero sin poder conseguirlo del todo... Manchi propuso que fueramos al hotel a cambiarnos. ¡El hotel! ¡Con mi maleta! ¡Con mis calentitos botines! :D Invadimos pues la habitación de Manchi, nos secamos, nos cambiamos, contemplé cómo la suela de mis sandalias se habían desecho completamente y seguimos sin parar de parlotear ni un momento, que las crónicas de Bry dan para mucho.
No olvidé el paraguas esta vez, por lo tanto, empezó a llover menos. hasta que paró del todo. Andamos y andamos buscando un sitio para cenar, dejando atrás un montón, no sé porqué, a mí todos me parecía bien. Al final, cuando ya no llovía y daba igual seguir andando, llegamos a uno donde ya había un montón de gente. No recuerdo los nombres de toda la gente con la que estuvimos cenando, hablamos mucho con Miguel Puente y con el hermano de Patapalo, que creo que también se llamaba Miguel (si no te llamas así lo siento, es que mi memoria y los nombres no terminan de llevarse bien), había también una chica muy simpática de la que creo que no llegué a enterarme de cómo se llamaba y bueno, muchasmás gente. Al final de la cena llegó el momento cumbre, el que llevabamos preparando... tres o cuatro días, porque nos habiamos enterado de que el cumpleaños de Manchi era el sábado tres o cuatro días antes de la Hispacón. Erein le había hecho una tarta y le habíamos comprado una pluma y una camiseta con el escudo del NEMA (Nadie Entiende Mi Arte, club exclusivo del Multiverso al que ya le quedan pocos miembros :p). Creo que no se lo esperaba, y si se lo esperaba lo disimuló muy bien.
Humm... ahora no sé si después de la cena fuimos al pub irlandés o si nos fuimos directamente a casa, como era lo que hicimos los tres días y hace ya tiempo es todo un poco confuso y yo estaba muy cansada, si llegamos a ir no estuvimos mucho tiempo, pero no terminan ahi las aventuras del sábado. Teníamos que llegar a casa. Erein llevaba el coche así que todo era cuestión de recoger la maleta, salir del aparcamiento (rolling eyes :p) y atravesar las oscuras calles siguiendo las indicaciones del hermano de Erein, que nos llevaron hasta una calle sin salida. Lejos de amilanarse, Erein apretó fuertemente el volante y giró en otra dirección, el coche andaba y andaba y veíamos carteles que ponía "Valencia", no se hizo largo porque seguíamos hablando y hablando sin parar y dimos una "vuelta turística" por Valencia, Erein me iba indicando por todos los sitios importantes por donde pasabamos. Llegamos a casa, me tenía preparada una habitación muy linda con baño y todo y su madre nos esperaba despierta (pobrecilla, un beso para tu madre, Erein). Eran más de las tres de la mañana, pero, por fin, dormí... unas cuatro horas, porque a la mañana siguiente habíamos dicho de asistir a la primera conferencia.
Y eso ya lo contaré otro día ;)
Debajo de las sombrillas había bastante gente, distinguí a Palabras al fondo y fui saludarle, estaba rodeado por muchos sevillaescribientes. Tengo que reconocer que mis compañeros de Sevilla Escribe me daban un poco de miedo; todavía no los conozco mucho, llevo apenas un par de meses en el colectivo y tienen fama de gente abierta y espontanea y yo soy tan cortá que me parecía que no iba a encajar con ellos. Además me habían dicho que no me avergonzara cuando se pusieran a hacer el ridículo... todo mentira, si lo hicieron yo no lo vi. Todos fueron muy agradables y simpáticos, con algunos hablé más que con los otros (con Pil apenas nada, ains, :( si es que no había tiempo para todo). Todo el cague que llevaba se me quitó pronto, en realidad aquello no era muy distinto al foro, sólo que ves los gestos de la gente cuando te habla.
No recuerdo quién propuso ir a cenar, puede que uno de los que llevaban impermeables, porque todavía llovía. Avanzamos atravesando los charcos, no había ninguna manera de evitarlos, parecía que estaba en la orilla del mar, los pies cubiertos totalmente por las olas, la suela de las sandalias se me pegaba a los pies, sentía que me resbalaba, casi no podía andar, avanzaba a trompicones, ciega, intentando quitar el agua de las gafas pero sin poder conseguirlo del todo... Manchi propuso que fueramos al hotel a cambiarnos. ¡El hotel! ¡Con mi maleta! ¡Con mis calentitos botines! :D Invadimos pues la habitación de Manchi, nos secamos, nos cambiamos, contemplé cómo la suela de mis sandalias se habían desecho completamente y seguimos sin parar de parlotear ni un momento, que las crónicas de Bry dan para mucho.
No olvidé el paraguas esta vez, por lo tanto, empezó a llover menos. hasta que paró del todo. Andamos y andamos buscando un sitio para cenar, dejando atrás un montón, no sé porqué, a mí todos me parecía bien. Al final, cuando ya no llovía y daba igual seguir andando, llegamos a uno donde ya había un montón de gente. No recuerdo los nombres de toda la gente con la que estuvimos cenando, hablamos mucho con Miguel Puente y con el hermano de Patapalo, que creo que también se llamaba Miguel (si no te llamas así lo siento, es que mi memoria y los nombres no terminan de llevarse bien), había también una chica muy simpática de la que creo que no llegué a enterarme de cómo se llamaba y bueno, muchasmás gente. Al final de la cena llegó el momento cumbre, el que llevabamos preparando... tres o cuatro días, porque nos habiamos enterado de que el cumpleaños de Manchi era el sábado tres o cuatro días antes de la Hispacón. Erein le había hecho una tarta y le habíamos comprado una pluma y una camiseta con el escudo del NEMA (Nadie Entiende Mi Arte, club exclusivo del Multiverso al que ya le quedan pocos miembros :p). Creo que no se lo esperaba, y si se lo esperaba lo disimuló muy bien.
Humm... ahora no sé si después de la cena fuimos al pub irlandés o si nos fuimos directamente a casa, como era lo que hicimos los tres días y hace ya tiempo es todo un poco confuso y yo estaba muy cansada, si llegamos a ir no estuvimos mucho tiempo, pero no terminan ahi las aventuras del sábado. Teníamos que llegar a casa. Erein llevaba el coche así que todo era cuestión de recoger la maleta, salir del aparcamiento (rolling eyes :p) y atravesar las oscuras calles siguiendo las indicaciones del hermano de Erein, que nos llevaron hasta una calle sin salida. Lejos de amilanarse, Erein apretó fuertemente el volante y giró en otra dirección, el coche andaba y andaba y veíamos carteles que ponía "Valencia", no se hizo largo porque seguíamos hablando y hablando sin parar y dimos una "vuelta turística" por Valencia, Erein me iba indicando por todos los sitios importantes por donde pasabamos. Llegamos a casa, me tenía preparada una habitación muy linda con baño y todo y su madre nos esperaba despierta (pobrecilla, un beso para tu madre, Erein). Eran más de las tres de la mañana, pero, por fin, dormí... unas cuatro horas, porque a la mañana siguiente habíamos dicho de asistir a la primera conferencia.
Y eso ya lo contaré otro día ;)
Trio Multiversero: Victor Mancha, Erein y Uwe Vegas
Edito!!!! : Que ya me acuerdo de aquella noche en el pub irlandés, nos sentamos en una habitación pequeñita que había al fondo, había mucha gente y estabamosi ntentando hablar, ¡y lo conseguíamos! La música estaba altísima, pero afilamos nuestras gargantas para conseguir que las voces se elevaran sobre ellas. Erein y yo no bebíamos nada, yo porque en general no bebo, ella porque tenía que conducir, entonces Canijo nos trajo dos cocacolas, que creemos que nos invitó, porque al día siguiente nos dejaron entrar en el pub sin problemas, o si no nos invitó nos fuimos sin pagar por la cara (rolling eyes). Hubo un momento en que la música subió hasta un volumen al que no llegaban nuestras voces y eran canciones... curiosas. El toro enamorado de la luna y cosas por el estilo. Era bastante tarde y yo, pensando en mis antiguas experiencias cuando salía y nos ponían ese tipo de canciones para echarnos de los bares, pensé que era por eso. Luego nos asomamos fuera y vimos una pareja bailando entusiasmada... aunque parezca mentira, no eramos los más frikis del local. Un poco más tarde nos fuimos, la garganta bastante perjudicada, aunque eso no impidió que siguieramos hablando sin parar hasta que llegamos a casa.
¡Por, Om!
ResponderEliminarMe estoy imaginando lo que seríamos Erein, "vuesa merced" y yo, sueltas por una ciudad desconocida y me estoy partiendo la caja sola.
Sobre la Hispacon, ya me vengaré cuando se acerque a Invernalia muajjaja o con la Asturcon :P
xDDDDDDDDDDDDDDDD Somos capaces de cambiar de ciudad y no darnos ni cuenta.
ResponderEliminarTe tenías que haber venido, lo pasamos genial ;)
¡Qué envidia me estáis dando! Me siento muy identificada con la primera parte. Yo tampoco soy la persona más sociable del mundo y había quedado con Manchi para tomar un café cuando se acababa de mudar a Barcelona. Era la primera vez que conocía a alguien que sólo conocía por internet pero fue genial. ^.^ y luego he conocido a gente de Asshai que también son muy majos, y a Malenko y Evenflow, que son geniales. ^.^ Así que quien diga que Internet aisla se equivoca. Internet te permite relacionarte con la gente que te gusta y no con la que te toca como vecino. ;)
ResponderEliminarQue grande eres, Raelana. Timida al principio, pero un cielo de mujer. Que sorpresa el domingo, tras llevar ya un buen rato con vosotros y descubrir a media comida que esa muchachita era la utora de uno de los mejores relatos del Realidad Incoherente.... Un besote y nos vemos.
ResponderEliminarMe encanta, me encanta está todo muy detalladito xD. Y recuerda que sí fimos al pub, que fue cuando acaabmos todos perjudicados de la garganta y cantando "ese toro enamorao de la luna" y demás canciones del estilo.
ResponderEliminarY sí, lo del principio que comenta Bry es algo que a mí también me pasaba mucho... antes. Ahora menos, que con los años voy perdiendo vergüenza xD
pd. Ana, te digo yo cómo acabaríamos las tres en una ciudad desconocida: mal
Qué envidia *__* Yo quiero kedada multiversera!
ResponderEliminarY esa foto mola un montón :D
Me ha gustado mucho también la crónica que has hecho, y me trae recuerdos de alguna de mis primeras quedadas...
ResponderEliminarLa foto estupenda, con Manchi, Erein y Uwe, que envidia!!!!!
Bry, la gente que es muy abierta no entiende lo que nos podemos llegar a comer la cabeza los tímidos con estas cosas, pero merece mucho la pena llegar a conocer a la gente en persona.
ResponderEliminarAthman, me hizo mucha ilusión conocerte, si tenía que haberte dicho quien era al principio, pero no te puedes quejar, que al menos a tí te lo dije xDDDDDD
Erein ¡¡ah!!! Que ya me acuerdo, ahora edito con lo que falta, que ese fue también el día del simpa
¡¡Nul!! ¡¡Quedada multiversera ya!!! A ver si la hacemos pronto.
Luis, la foto la he ejem "tomado prestada" de las de Uwe, que yo no llevaba cámara y además esta fue hecha antes de que yo llegara, pero me encanta la foto y además salen los tres.
Di que no pasa ná, que mi primera Hispacón también fui supertímido, y cuando entré en Nocte había leyendas urbanas conmigo porque se pensaban que era un fantasma ya que ninguno me había visto aún... :D
ResponderEliminarAl principio en las Hispacones me rayaba lo de encontrar gente que sabe quién eres pero al revés no, pero luego te das cuenta que eso no importa, porque en 30 segundos has descubierto algo que tienes en común con dicha persona y estás hablando como si tal cosa...
PD: El hermano de Patapalo se llama Miguel, en efecto, aunque casi todos le llaman Michel, a lo francés :D
Bravo por la crónica Rae, ha sido lo más sincero que he leído al respecto, y junto al adjetivo sincero van cercano, entrañable y bello. Besos.
ResponderEliminarPues... Magnus, pensandolo sí que es cierto lo de los treinta segundos, las conversaciones salían en cuanto empezaba a hablar :D
ResponderEliminar¡Gracias Uwe! Más que sincera yo diría que es mi punto de vista, seguramente las crónicas de otras personas serán distintas, porque lo vivieron de otro modo.