Este ha sido un fin de semana de fracasos. Fracaso literario tras los desastres del Teseo y el Tierra de Leyendas, fracasos roleros después de las dos sesiones decepcionantes de estos dias, de las que tal vez os hable mañana. Busco aficiones que me hagan olvidar los problemas y al final no me dan más que disgustos. En fin.
Lo bueno de los concursos que menciono arriba, fallados con jurado popular, son los comentarios a los relatos. Soporto las críticas relativamente bien, la gran mayoría me hablan de fallos que ya conozco o que veo claramente después de que me los han señalado. Si sé donde esta el fallo se puede corregir, los aciertos te dejan satisfecha pero es de los fallos de donde se aprende.
Hay críticas que sí duelen, las que me acusan de no trabajar los textos. No entiendo cómo se puede despreciar así el trabajo de una persona que no conoces, sin saber cuántas horas le ha dedicado ni el trabajo que le ha costado hacer eso que se desprecia con tanta facilidad.
Los turnos en las partidas de rol apenas los trabajo, los escribo al momento y los cuelgo, todo va sobre la marcha, sin pensar demasiado, dejándome llevar. Alguno lo trabajo un poco más y lo reescribo si el efecto conseguido no me termina de gustar, me pasa algunas veces, cada vez más, quizás, pero eso es otra historia.
Los relatos sí los trabajo, puedo tirarme un mes para escribir un triste relato de tres páginas. Reescribo, retoco, cambio las comas de sitio, le doy vueltas y más vueltas a los finales que siempre me cuestan más. Pueden ser mejores o peores, los fallos están ahi y muchas veces los veo y tiro la toalla o siento que al reescribirlo lo estoy estropeando más.
No elegir las palabras adecuadas no significa que les tenga miedo, que haya cosas equivocadas no significa que no haya intentado corregirlas, que el resultado final sea mediocre no significa que no haya mucho trabajo detrás.
Muchas veces lo olvidamos pero las críticas tan sólo son opiniones de otras personas. Opiniones de sensaciones, gustos o de reglas gramaticales. Y esas personas pueden saber de lo que hablan, o no.
ResponderEliminarCéntrate en los fallos "reales" y corrígelos o asúmelos (que no les guste tu estilo no te debería hacer cambiar)
Celebra los halagos.
Parece cortado y pegado de un libro de autoayuda :D
Ánimo
Gracias Jarrek, hoy tengo el dia de bajón y supongo que las cosas afectan más de lo que deberían, la cosa es que he recibido críticas duras y me las he tomado bien, y sin embargo la que me ha sentado no es que fuera dura sino más bien... condescendiente, no sé.
ResponderEliminarHoy me desahogo, mañana se me habrá olvidado.
Gracias por los ánimos, me vienen bien ;)
Un beso.
Entiendo perfectamente tu sentir y sólo puedo enviarte un abrazo con mucho cariño y los mejores deseos de que pronto superes este estado de ánimo en el que te ha dejado esta experiencia.
ResponderEliminarEstoy segura que de esto, como de todo lo demás, aprenderás algo muy valioso y a final de cuentas amiga, la más beneficiada serás tú.
Y ya lo sabes, lo que los demás decimos, no necesariamente refleja lo que eres o lo que haces. Eso es algo que sólo tú sabes y por lo tanto, sólo tú puedes darle su justa medida.
Besos.
Ni caso, Raelana. Yo, cuanto mas condescendiente es la crítica, mas la ignoro. Hay críticas que te sirven para mejorar, pero hay otras que parecen hechas con despecho o con mala baba, o escritas muy a la ligera. A esas, ya te digo, ni caso.
ResponderEliminarPD: Y enhorabuena por lo que ya sabes, compañera de antología ;)