lunes, 21 de febrero de 2011

Crónica de la 1ª KDD Multiversera

Lo tenía todo listo, había dejado comida preparada, mi hermana se quedaba con "los niños", la mochila estaba lista, llena de ropa de abrigo porque me habían dicho que hacía mucho frío en Madrid, aunque al final decidí llevar parte de la ropa puesta para dejar sitio al libro de la Ni (La elegida de la muerte) que no es precisamente un libro de microrrelatos. Decidí llevarme sólo ese y el (Per)Versiones, cuentos populares, donde aparecen muchos multiverseros, porque de todas formas lo más probable es que al final me olvidara de pedir firmas. Iba a viajar de noche y mis intenciones eran intentar dormir, para la vuelta pensaba comprarme Texturas del miedo, el libro de Ignacio Cid, que hizo el esfuerzo de convencer a la editorial para hacer la presentación el día de la KDD para que pudieramos joderse... digo... estar allí y animarle. 

Sorprendentemente, el viaje transcurrió sin incidentes, incluso pude dormir un poco y no tuve frío. Llevaba una camiseta interior, otra de algodón y el jersey de lana más gordo que tengo, un pañuelo para el cuello y el abrigo que no me hizo falta para taparme en el autobus, también llevaba el gorro y los guantes en el bolso, totalmente preparada para el frío de Madrid. Llegué hacia las siete y cuarto de la mañana, el famoso frío de Madrid no aparecía por ninguna parte así que lo primero que hice fue quitarme la camiseta interior y meterla a presión en la mochila. Bajé al metro y mi intención era irme a una taquilla, pero no había, sólo máquinas, pregunté entonces en información y un chico muy amable se apiadó de mi cara "tengo penalizador a inteligencia" y me acompañó a la máquina y le dio él a todos los botones para sacar el billete, me indicó además la estación en la que tenía que hacer el transbordo para llegar al aeropuerto.

Tuve un pequeño momento de desconcierto al no saber hacia qué anden tenía que ir cuando me di cuenta: ¡no importaba! La línea era circular y fuera por donde fuera, terminaría llegando a mi destino. No hubo problemas para el transbordo en el aeropuerto, llegaba a tiempo para recoger a Ana que llegaba a las ocho y media.

Todo parecía sencillo, la última parada de metro, un sitio pequeñito con solo una posible salida, que no hubiera ningún avión de Gijón en los paneles de información no me preocupaba, por supuesto tampoco sabía en qué vuelo venía ni con qué compañía, ni si al final salía de Gijón o de otra ciudad cercana o si habría pillado algún avión que hacía escala y venía de otro sitio... ¿he comentado ya que no tengo móvil? 

La ocho y media y allí estaba, tiesa como un palo, viendo a la gente salir por la puerta, pero Ana no apareció. A las ocho cuarenta y cinco me di un paseo por la zona, por si había pasado y no la había visto. Las nueve, me apoyo en un pilar. Nueve y diez, me siento en el suelo, está frío. Nueve y cuarto, otro paseo, localizo cabinas telefónicas. Nueve y veinte, me quito el abrigo. Nueve y veinticinco, me pregunto si Manchi y Bry habrán podido volar, si me habré equivocado de día, de ciudad, si todo no habrá sido más que una broma... Me recuerdo a mí misma que Viento llega a las diez y tiene que salir por esa misma puerta, me digo que esperaré hasta las diez y, si no aparece nadie, empezaré a llamar, intento no pensar que me hayan pasado teléfonos falsos...

Nueve y treinta y cinco ¡Sí! ¡Son Manchi y Bry! ¡¡No os podéis imaginar la alegría que me dio verlos! Ellos me contaron los problemas de Ana con el avión, que vendría pero más tarde y decidimos desayunar mientras esperabamos a Viento, hablando sin parar de literatura, proyectos y cotilleos varios de Unos y otros, ya sabéis.

En la cafetería del aeropuerto

Viento llegó a su hora y Manchi se sorprendió de que fuera alto (es lo que tiene aparecer en las fotos agachado junto a la pequeña Lluvia gris) Viento se ofreció a quedarse en el aeropuerto esperando a Ana y nosotros volvimos al metro para llegar a.. donde fuera que hubisemos quedado al final., yo dejé que fueran Manchi y Bry los que guiaran, que ellos están acostumbrados al metro de Barcelona y me informaron de las diferencias con el metro de Madrid y que allí los billetes integrados están realmente integrados. Llegamos sin problemas y sin dejar de hablar, por supuesto, a nuestro destino. Salimos del Metro... está lloviendo. ¿Alguien no se lo esperaba? ¿Qué es una kdd sin lluvia? Esas horas parados en medio de una plaza no serían lo mismo si no lloviera en cada kdd. 

Allí nos encontramos con Leo y Almu, Erein y Nullien, Erynus y Gema, Iulius, ¡qué pena que no pudieras quedarte más! apareció el MAL. Fue el momento de las presentaciones, los reencuentros, besos, abrazos, de preguntar por los que faltaban, de que Erein llamara a Leo imbécil, tonto y retrasado en el mismo minuto y casi sin respirar. Fue también ese el momento en que Bry, Erein, Null y el MAL se reunieron en correo con secretitos ante la mirada preocupada de Leo, yo intentaba pegar la oreja, pero era inútil. "Tú eres Biwi, fuera" me decían, y mi la cara de cervatillo se ve que no me sale tan bien como la de Leo y no se apiadaron de mí (claro que ahora que lo pienso, tampoco se apiadaron de Leo). 



Alguien propone tomar un café, el MAL nos quiere llevar a un sitio superfashion donde... no cabemos. Volvemos al metro para pasarnos por el hostal y dejar las mochilas, esa parte está un poco confusa, recuerdo haber hablado mucho con la gente, entrar en el metro, pasar dos paradas, salir, llegar al hostal, entrar en el diminuto ascensor, dejar las mochilas, seguir hablando sin parar, decidir dejar alli los libros pues el plan era volver después de la presentación de Leo para hacer una tarta y sesión de firmas, acordarnos entonces de los que esperan en la puerta bajo la lluvia y bajar por unas peligrosas escaleras (hasta en las crónicas meto escaleras :p) mientras seguíamos hablando y nos acordábamos de los que no habían podido venir y los echábamos de menos: Marae, Sammy, Adu, Adri, Cuentist, Keneth... y muchos más.

Andamos bajo la lluvia, nos paramos bajo la lluvia, entramos y salimos del metro, se volvió a la idea de tomar un café, no sé porqué seguíamos parados en medio de una plaza, pero había un motivo.

Se acercaba el Invierno, pero no sabíamos porqué puerta del metro saldría así que con Iulius y el MAL nos fuimos a vigilar la otra puerta mientras el grueso del grupo se quedaba en la otra; el hecho de que no supieramos qué aspecto tendría el Invierno cuando saliera no parecía importante, allí parados se nos acercó un chico intentando vendernos un anillo y descubrí que el MAL es casi tan cotilla como yo y que podíamos ponernos a hablar y hablar y hablar sin parar, el pobre Iulius no parece cotilla pero intentamos ponerlo al día. Después se acercó Leo diciendonos que habían decidido esperar dentro de una cafetería, porque el Invierno no llegaba. Al entrar en la cafetería, las chicas seguían cotilleando por lo bajini y mirando de reojo a Leo, sin querer compartir la información ¬¬

Entonces llegó el Invierno, que menos mal que lo acompañaba Scarlett porque había que vernos a todos en la acera de enfrente saltando y moviendo los brazos (no, no hay foto de eso :( ) sin que él se diera cuenta. Se fue Iuls (¡tan pronto!) Llegaron Viento y Ana. Nos ibamos a comer. Vuelve a estar la cosa un poco confusa, llegó Melkor con Ohnaka (creo, no me quedó claro de quien era amigo), llegó Caballero, Magnus y Laura y el chico alto que no recuerdo como se llamaba (lo siento) y un poco más tarde llegó Landy, Vilar-Bou y sus amigos (que esos sí que no llegué a enterarme de quienes eran).


Como podéis ver por la foto, la comida fue en un buffet que había reservado Melkor, yo nunca había comido en un buffet, veo una mesa larga y avanzo y avanzo y avanzo hasta llegar al último rincón y entonces descubro que habría que haberse traído la comida antes de sentarse, para no tener que levantar a toda la fila para salir. De todas formas al principio faltaba mucha gente y había mucho de que hablar, Ana, la Reina de la Melaza, me dio las gracias amablemente por corregirle su novela.


Y Viento nos regaló la maravillosa camiseta del Multiverso. (Momento moñas on:) No me esperaba para nada ese detalle y me hizo muchisima ilusión. Yo siempre he ido de independiente y tiendo a huir de las etiquetas, a ir de un lado a otro sin pertenecer del todo a ningún sitio, nunca he llevado camisetas de mis grupos favoritos, ni cosas de ese tipo, como si solo tuvieran derecho a saber qué cosas me importan los que realmente me conocen, a los que yo decido contarselo... y ese momento en el que vi la camiseta y me sentí tan orgullosa de pertenecer al Multiverso, es... esa sensación de que os conozco de toda la vida aunque en realidad no nos hayamos visto antes, en la crónica de la Hispacón recuerdo que comenté el miedo que me daba la gente, pero no sé si porque ya os conocía a unos cuantos en persona y no me habíais matado ni nada, pero no tenía miedo, sólo muchas ganas de veros. Bueno, momento moñas off. Me quité el jersey y me puse todo orgullosa la camiseta ¡¡Viento muchísimas gracias!!! Fue uno de los momentos más bonitos del día. Y aunque no me gusta poner fotos mías por ahí y es algo que siempre he evitado, por esa camiseta merece la pena.



Ahora sí, momento moñas off.....

Bueno, voy colgando esto y esta noche ya cuelgo lo de la presentación de Leo del tirón.





7 comentarios:

  1. Se te han olvidado las escaleras XD.

    Estupenda crónica ( o fragmento de la misma), a ver si me disciplino y hago yo alguna :D

    pd. el aeropuerto no está en Gijón. En los paneles aparece como Asturias.

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  2. Cómo molas, Rae (L)

    Esperando ansiosa las siguientes partes, a ver si hago yo algo más también ^____^

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  3. Qué bonito lo de las camisetas, Rae... *_*

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  4. Quedan muchas escaleras por salir, las del Entrelineas, las de la cervecería... paciencia :D

    Iuls!!! :D ¡¡Me encantó conocerte!!!! :D :D :D

    Y a los demás también, es que él se quedó muy poco.

    ¡¡¡Gracias por comentar!!!

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  5. Rae, guapísima, me encantó conocerte.

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