Hay relatos a los que se les guarda un cariño especial, relatos que en su momento disfruté mucho escribiendo y con los que sentía que había dado un paso adelante, que había hecho algo distinto a lo que había hecho hasta ese momento. Son relatos de los que me siento orgullosa. Hace poco recordé uno de esos viejos relatos, pensé que podría hacer algo con él, lo escribí hará unos cinco años y en su momento me parecía muy bueno, entonces, hace unos días, lo releí.
La relectura fue una gran decepción, ya no me parecía tan bueno. Le vi tantos fallos que de pronto no sabía por dónde empezar a retocarlo. No era sólo la prosa, que eso más o menos se puede arreglar, también encontré fallos en la estructura, una introducción demasiado larga, un final precipitado, el relato está descompensado tarda en arrancar y luego fluye demasiado rápido.
Por un lado esa relectura me ha ha hecho ver que he mejorado en estos cinco años, que entonces cometía fallos que ahora no comento, que no me daba cuenta de cosas en las que ahora sí me fijo; por otro lado me ha hecho descubrir que uno de mis relatos favoritos no es tan bueno como yo creía. Eso me ha pasado antes. No me gusta releer mis cuentos por eso. No me gusta releer nada de lo que hago, cuando lo doy por terminado me olvido y no lo miro más, porque si lo hago no puedo evitar seguir retocándolo.
Chirico
Y en este caso sentía que merecía la pena, que la base del relato era una buena idea y que podía retocarlo y mejorar el texto, pensé en intentarlo, pero el relato tal y como está tiene su sentido, es lo que yo era hace cinco años y reescribirlo entero sería como traicionar lo que quería hacer en ese momento. Algunas cosas perderían el sentido, aunque ese sentido sólo se lo vea yo, es curioso pero hay cosas que realmente he descubierto con la perspectiva que da el tiempo y que en su momento no me había dado cuenta de que las había metido en el relato.
Cada relato que escribimos es parte de nosotros, de lo que somos, de lo que hemos sido. Velázquez repintaba las patas de sus caballos, detalles, pero no el cuadro entero.
Si os preguntáis qué he hecho al final, lo he retocado. He sido incapaz de dejarlo como estaba. No he hecho grandes cambios, a pesar de las tentaciones de borrar párrafos enteros del principio para aligerarlo no lo he hecho, he retocado la prosa, algunos elementos que no me convencían. Los personajes no los he tocado, son lo más importante de ese relato. He intentado mejorar la prosa intentando que el relato siga siendo lo que yo era hace cinco años, aunque seguramente si lo hubiera reescrito ahora lo hubiera hecho de forma muy distinta.
Creo que hoy no lo hubiera escrito, porque hay cosas que han cambiado, yo no soy la misma.
Releer uno de tus viejos relatos es como mirarte en una fotografía antigua, te miras y no te terminas de reconocer del todo. Intentas recordarte, no siempre lo consigues. Me digo que esa era yo. Lo fui. Me define.
Nunca he tenido problemas en retocar, en reescribir, en rehacer relatos enteros. Si no estoy convencida no me importa darle mil vueltas. Y, sin embargo, en este caso estaba sintiendo que al retocar ese relato que creía perfecto me estaba traicionando a mí misma. Tal vez porque realmente era perfecto hace cinco años, aunque no lo sea ahora.
A veces es mejor no releer, y seguir recordando el relato perfecto.
Totalmente de acuerdo contigo. Eso pasa con todo, hasta con los trabajos de la escuela. Los escrito de uno son una parte de nosotros, y lo que esta hecho debe mantenerse asi.
ResponderEliminarInteresante reflexión. Al contrario que a ti a mí sí que me gusta releer relatos antiguos y ver lo mal que lo hacía entonces XD. Son relatos que nunca reescribo, salvo un par de casos puntuales, pero sí que aprovecho conceptos que toco en ellos para esas historias. Retoques menores sí que hago, pero tampoco soy capaz de hacer grandes reescrituras.
ResponderEliminarEn la teoría, yo podria afirmar que me gusta escribir, pero en la práctica... Tengo muy pocas cosas como para aplicarme un denominativo tan grande e importante. En tu caso veo que realmente te gusta escribir, y realmente has ido aprendiendo. En mi opinión, no habría que retocar lo pasado, porque como dices, es parte de ti misma. Además, no debería decepcionarte haberlo releído y ver sus fallos, eso no es algo malo. Deberías simplemente sonreír al echar la vista al pasado y además ver lo mucho que has mejorado. :) Más que no releer, creo que no se debe reescribir... Aunque supongo que si es una historia no tan personal, algo que quieras mostrar, debería hacerse bien hecho y dar una buena forma a la idea.
ResponderEliminarEn fin, no soy una experta ni nada, pero ahí tienes mi opinión. ^^
¡Gracias por comentar, chicos! :D
ResponderEliminarSobre lo de reescribir, pues depende, yo soy de darle muchas vueltas a las cosas, y también depende del ánimo que tenga ese día. Hay días que todo lo veo horrible y otros donde veo las cosas mejor, pero para eso tengo el blog, para lloriquear de vez en cuando :p
Xhex ¿eres de nacionrolera? ¡¡Gracias por pasarte!!
Efectivamente, la misma. ^^ Me iré pasando por aquí.
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