Aviso: El texto puede contener spoliers de la novela.
Cuando a un autor no le gusta un personaje se nota. Es la forma de hablar de él, de ridiculizarlo mientras ensalza a otro, de ponerlo en situaciones en las que no sale favorecido. En esos casos a mi me suele caer bien ese personaje, puede que tanto incidir en sus defectos lo hagan más real que a otros o que su mala suerte despierte mi simpatía.
En esta novela me cae bien Ares, ese grandullón que actúa sin pensar, que es ridiculizado en todo momento y en el que nadie confía. Y el torpe Hefesto, que intenta despertar las simpatías del lector, me deja fría. Es el favorito, el que es tratado de forma más favorable. Y, sin embargo, a pesar de la parcialidad del autor, no puedo decir que estén mal representados los dioses. Los reconozco, son ellos. Están representados tal cual los conozco. Son los mismos de los que nos hablan los mitos.
En esta novela me cae bien Ares, ese grandullón que actúa sin pensar, que es ridiculizado en todo momento y en el que nadie confía. Y el torpe Hefesto, que intenta despertar las simpatías del lector, me deja fría. Es el favorito, el que es tratado de forma más favorable. Y, sin embargo, a pesar de la parcialidad del autor, no puedo decir que estén mal representados los dioses. Los reconozco, son ellos. Están representados tal cual los conozco. Son los mismos de los que nos hablan los mitos.
La interpretación del mito que hace Javier Negrete es interesante, la forma en la que va haciendo encajar las cosas aunque formen parte de mitos que no se conectan entre sí, los añadidos que mete que parecen formar parte de la historia aunque no lo sea, el sorprendente final, que le da la vuelta a todo el argumento. ¿Quien es el que gana y quién el que pierde? Atenea deja de ser Atenea y parece una estatua sin vida, fría y terrible. Es lo que tiene querer recuperar algo que has perdido.
Envidias, celos, venganza, egoísmo, tragedia, héroes y dioses, es fantasía y es mitología. Es la historia que conozco pero consigue mantener el interés como si no la conociera, los personajes son los dioses conocidos y todos cobran vida, los reconozco y a la vez son personajes vivos, da un paso para salirse del mito. Creo que los personajes son lo mejor del libro, los que realmente interesan mucho más que la historia.
Dejo a Gea para el final. Más que Cronos, que es el que nos reserva la sopresa final, es Gea el gran descubrimiento de este libro. Admito que no entiendo bien sus motivos para querer derrocar uno tras otro los soberanos que ella misma ayuda a poner en el trono. La explicacion que da no es clara, es el personaje menos personificado, Gea son los volcanes, la oscuridad y las cuevas, el magma que se agita dentro de la corteza terrestre, y también es la fuerza, el deseo, la desesperación. Zeus está solo en su trono, ella se agita en su prisión pero no duerme, espera su momento.
Cuando el Olimpo sea un sepulcro vacío y arrasado por tu furia, yo crearé una nueva raza de dioses sobre los que tú reinarás hasta el fin de los tiempos. Y también aniquilaré a la humanidad, y crearé otra nueva a mi antojo. Pues esto es lo que ha ocurrido muchas veces y volverá a ocurrir.
Dejo a Gea para el final. Más que Cronos, que es el que nos reserva la sopresa final, es Gea el gran descubrimiento de este libro. Admito que no entiendo bien sus motivos para querer derrocar uno tras otro los soberanos que ella misma ayuda a poner en el trono. La explicacion que da no es clara, es el personaje menos personificado, Gea son los volcanes, la oscuridad y las cuevas, el magma que se agita dentro de la corteza terrestre, y también es la fuerza, el deseo, la desesperación. Zeus está solo en su trono, ella se agita en su prisión pero no duerme, espera su momento.
Cuando el Olimpo sea un sepulcro vacío y arrasado por tu furia, yo crearé una nueva raza de dioses sobre los que tú reinarás hasta el fin de los tiempos. Y también aniquilaré a la humanidad, y crearé otra nueva a mi antojo. Pues esto es lo que ha ocurrido muchas veces y volverá a ocurrir.
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