lunes, 30 de diciembre de 2013

Crónica de la Hispacón 3. Sábado por la tarde.

3. Sábado por la tarde. Infección y cena de gala.

Después de comer, Fernando y yo nos adelantamos para ir preparando la presentación. Ya casi en la puerta de Quart Jové me dice que se va a llegar a por los libros y me encarga una difícil misión.

-Aquí tienes el pen, que lo vayan preparando -yo lo cojo con aprensión, no es que tenga problemas con las máquinas, como Javi, lo mío es torpeza natural con todo. No le digo a Fernando que cómo tiene valor de dejarme el pen, solo asiento con la cabeza intentando transmitir confianza y subo escaleras arriba llevándolo con mucho cuidado, para dárselo al miembro de la organización que estuviera por allí.

Por supuesto, allí no había nadie. Me encontré la sala desierta. La primera hora después de la comida es criminal. Al principio no sabía qué hacer, había un ordenador sobre la mesa, el proyector estaba preparado, así que no es que la orgnización nos hubiera olvidado. Como nadie llegaba, decidí bajar a buscar a alguien que me echara una mano. Los de la organización fueron muy amables en todo momento, les cuento que tengo un pen, que queremos poner un power point para la charla y me dicen mirándome con gran confianza "está todo preparado, mete el pen en el ordenador y lo enciendes". Fácil. Volví a subir las escaleras preguntándome cómo se metería un pen en un portatil.

Menos mal que estaba sola. Me acerco al ordenador, subo la pantalla con mucho cuidado. Busco el botón para encenderlo. No es fácil. Se enciende. Meto el pen y no parece que se haya roto nada. ¡Bien! Creo. Me asomo a la puerta y no viene nadie. Empiezo a dar vueltas por la sala vacía. Me dedico a hacerme autofotos al sol mientras espero a que llegue Fernando. En algunas hasta conseguí sacar la cara entera.

También hice fotos al ojo patio, que era muy bonito.

Por supuesto, Fernando no se enteró de nada de todo esto. Llegó él y le señalé lo bien que había encendido el ordenador, llegó también en ese momento un chico de la organización que nos ayudó a poner el proyector. Yo saqué los libros de la bolsa y los coloqué sobre la mesa, aparte de Infección traíamos también el primer libro-juego de Fernando, La Feria Tenebrosa. El plan era dar una charla sobre la evolución de los librojuegos y luego hablar un poco de los nuestros. Empezó a llegar gente, yo temía que no viniera nadie al ser una hora tan mala, pero la sala se llenó. Y la gente se mostró interesada y participativa, comentando cosas de la charla. Yo quería dejar hablar a Fernando y esconderme detrás de los libros (situados estratégicamente delante mía), pero él me introdujo en la conversación y al principio estaba muy cortada y empezé diciendo que ni sé nada del tema ni me gustan los zombis y que me metí en el proyecto por probar un género nuevo y por los compañeros, que me daban mucha confianza. Entonces me solté y ya expliqué cómo habíamos planteado el libro, las dificultades con las que nos habíamos encontrado y lo que iba a encontrar un lector cuando se adentrara en sus páginas. Creo que nos quedó una charla bastante dinámica, en la que no dimos mucho el tostón y el sistema de diálogo, que cada uno contaba sus propias experiencias aunque hablábamos del mismo libro resultó interesante.
La posición estratégica de los dos libros
Un momento de la charla
Después nos fuimos a la cafetería con algunos de los espectadores, la gente es muy maja y se te acerca y te habla. A mí me cuesta un poco porque soy muy tímida, pero se agradece mucho que la gente se muestre interesada y se acerque a hablar contigo. El rato de cafetería estuvo bien. Ángeles se metió con mis comas (pero lo hace con cariño) y yo me sentía de pronto muy tranquila. Ya había pasado el mal rato, las dos presentaciones, y parecía que la cosa había salido bien. Nadie me había tirado tomates, incluso hubo gente que compró los libros. Quedaba otra la mañana siguiente, pero parecía estar muy lejos. Con la tranquilidad todo el cansancio y la tensión se me vino encima y me dio un bajón que el té no consiguió levantar. No estaba nerviosa por la cena de gala, yo sabía que no iba a ganar el Domingo Santos ¿que por qué lo sabía? Carol me diría al día siguiente "Siempre dices que no vas a ganar" ¡y acierto!, que ya son tres veces quedándome a las puertas, ains. Pero no adelantemos acontecimientos, antes de la cena de gala quise ver la conferencia que daba Juan Miguel Aguilera y nos acercamos a la Casa de la Cultura, otro de los lugares donde se desarrollaba la Hispacón. 

Allí nos encontramos con una mesa redonda, que creo que era la charla que iba antes pero que se alargó y se alargó. Como llegamos a la mitad no recuerdo el nombre, pero hablaban de la ciencia-ficción, protestaban porque la gente joven no lee (ante eso hubo mucho desacuerdo entre el público) y hablaban también del futuro editorial de la ciencia-ficción. De la charla me sorprendió que había muchísima participación del público, no solo haciendo preguntas a los conferenciantes, sino que la gente hablaba de sus experiencias y sus opiniones. Había muy buen ambiente en la mesa y creo que eso se trasladaba al público. Se alargó tanto que Juan Miguel Aguilera trasladó su conferencia al domingo, pero creo que ninguno nos dimos cuenta de la hora. 

Un momento de la conferencia

Después me fui con Angeles a la cena de gala. Como llegamos temprano no tuvimos problema de asientos. Allí se nos unieron Aitor Solar y Misne y luego estuvimos sentados con gente que no llegué a saber como se llamaban, pero formaban parte de La Biblioteca del Laberinto, uno de los patrocinadores de la Hispacón. El sitio era un poco estrecho para tanta gente, pero nos acoplamos. Antes de comer nos repartieron un número, que yo estuve a punto de perder en un par de momentos y la comida fue normalita, pero a esos sitios se va por la compañía y estabamos muy a gusto. Ya he dicho que no estaba nerviosa, no iba a ganar. Era mi semana gafe y demasiado bien estaban saliendo las cosas. Entonces sortearon cuatro ejemplares de Tierras Rojas, el último libro de Abercrombie. ¡Para eso eran los números que nos habían dado! Creo que yo era la única que no lo sabía. Bueno, el organizador busca manos inocentes para sacar los números. ¡El 44! ¡El mío! Sí ¡Me tocó uno de los libros! La organización hizo fotos, pero si las han colgado no he llegado a averiguar donde y yo no hice ninguna. 

Si estaba segura de que no iba a ganar el Domingo Santos eso me lo confirmó, no se puede tener suerte dos veces en una semana gafe. Lo piensas durante un momento, el ¿y si? pero solo duró un segundo, dan los nombres de los dos ganadores. Uno de ellos está sentado frente a mí. Aitor Solar. Puso una cara de "esto no puede estar pasándome a mí" que ¡fue tan lindo! Conseguir salir de la trampa mortal que era la mesa le costó, se le veía nervioso y Misne intentaba hacerle fotos o videos y la cámara se le resbalaba de las manos. No recuerdo el nombre del otro chico que ganó. Reconozco que me alegré mucho por Aitor, porque lo conozco y le vi la ilusión en la cara y el otro chico que es un desconocido me resultó indiferente. No me importa ser la eterna finalista, eso también mola. ¿No? Y algún día me podrían dar un Domingo Santos honorífico así por pena. De todas formas seguiré intentándolo.
 Con Ángeles y Misne
 Aitor orgulloso con su premio al lado de Angel y Carolina, los organizadores de la Hispacón.

Después repartieron los premios Ignotus, fue bastante divertido, iban rápido, el chico que presentaba era incapaz de decir Akasa Pupsa (que tenía nominaciones a montones de categorías) y hubo mucho cachondeo con eso. Jose Ramón Vázquez recogió los premios que le dieron a Eximeno y luego también le dieron premios a él (en algunos sectores de la sala lo llamaban abusón). Juan Miguel Aguilera tenía una crisis existencial entre la alegría de que le hubieran dado el premio Gabriel y el temor de que se lo hubieran dado porque era demasiado mayor. Después de la cena intentamos acoplarnos en algún bar de Valencia para terminar la noche, pero estaba todo copado por cenas de empresa y después de intentarlo en un par de sitios nos fuimos a casa.
Ya queda poquito por contar: la conferencia de Somoza, la última presentación y Reyes de aire y agua, pero ya el próximo día. Por si os habéis quedado con ganas de ver más fotos, os dejo el link a la galería de Flirk donde he colgado las que acompañan a estos artículos y muchas más.





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