viernes, 19 de octubre de 2012

Crónica de la Hispacón 2012 - 3 parte

Después de la lluvia del viernes, el sábado amaneció despejado, un día perfecto para sentarse en el Trono de Hierro. Mientras nos arreglábamos Palabras estuvo mirando sus libros y me daba los que no quería, yo los iba metiendo en mi maleta, hasta que me ofreció uno de un autor, llamémosle X, que no me gusta y le dije que ese no, que mejor se lo diera a alguien que le gustara. Empezó entonces con la coña, intentando colarmelo y yo resistiéndome, y no, no coló. Me sentía un poco abusona por quedarme con tanto libro pero me dijo que a cambio le hiciera fotos y sellamos el trato. Laura se nos unió para desayunar, esta vez se traía el abrigo y no necesitó pedirle la chaqueta a Palabras, pero estaba preocupada porque hacía mucho frío y yo le presté mi pañuelo, que luego llevaría puesto en la presentación ^^. Después de desayunar nos fuimos hacia la casa de la cultura, donde estaban dispuestas las mesas donde las editoriales venden los libros.

El stand de Saco de Huesos

Palabras aprovechó para comprarse el libro de Laura: El legado del pájaro de fuego y ella se lo firmó como una gran profesional.

Hizo una dedicatoria linda, no como las mías :)

Orgullosísima de su libro

Después de dar unas cuantas vueltas por allí, decidimos buscar el Trono de Hierro, no sabíamos donde lo habían instalado así que preguntamos a los voluntarios de la organización. Siempre había gente por allí a la que preguntar las dudas, incluso a veces si te veían con cara de despistada (lo que era habitual) se te acercaban a ayudarte, muy majos todos. El trono estaba instalado frente al escenario y Laura fue la primera que se hizo fotos. Después fui yo, que me quité el abrigo a pesar del frío y tuve cuidado de dejarle el bolso a Palabras. Como era temprano y había poca gente pudimos hacernos un montón de fotos. Laura y yo estábamos muy ilusionadas, Palabras nos miraba un poco como en plan "vaya dos locas" yo no es que sea fanática de la saga ¡pero el trono mola!

Si es que tengo madera de reina

Nos motivamos mucho

Y lo pasamos muy bien
Volvimos después al colegio donde se daban las conferencias y nos encontramos con Nacho, que nos propuso ir a votar los ignotus. Yo no podía votar, porque no me había inscrito, pero ellos cumplieron con sus deberes democráticos.

Después nos encontramos con Javier Quevedo Puchal, autor de Cuerpos Descosidos, una magnífica novela que no nos cansamos de recomendar. Al pobre Javier le sacamos los colores, creo que no se esperaba que realmente nos hubiera gustado tanto. Es una maravilla, si podéis haceros con ella, no lo dudéis que merece la pena.


Orgullosísima al lado de grandes escritores, y de Palabras
(es broma)
(bueno... )
(es que soy mala...)

Decidimos ir al bar. O quizás no lo decidimos, nos movimos y acabamos allí como quién no quiere la cosa. Era muy temprano para beber así que no tomé nada, pero los hombres de la barra me regalaron una piruleta. Eran muy majos todos en el pueblo.
Palabras empezó a hacer pucheros y tuvieron que darle otra

Llegó entonces el grupo de Zaragoza, que como expertos hispaconeros lo primero que hicieron fue pasarse por el bar. Estaban David Jasso, que me saludó. David me causa mucho respeto, aunque es muy simpático y agradable, pero es de esas personas así importantes que no sé si se acordarán de mí y siempre me da cosa saludarle, aunque se ve que sí que se acuerda. Conocí en persona a Roberto Malo, con el que había hablado alguna vez por Facebook, venía también Jose María Tamparillas, al que no conozco y no nos llegaron a presentar y, por supuesto, Fer, que se fundió en un gran abrazo con Palabras y yo les saqué una foto que intentó estropear Jesús Cañadas.

Bueno, más que intentarlo lo consiguió


Pero luego lo apartamos y les saqué la buena

Cada vez había más gente en el bar y nos salimos fuera, dimos... como tres pasos y seguíamos hablando. Llegó entonces alguien y me ofreció el mismo libro del autor X que había intentado colarme Palabras esa mañana, sin pensarlo siquiera, por inercia, voy y digo: "No, que es que ese autor no me gusta". Y el autor X estaba justo a mi derecha. Fue un momento de "acabo de meter la pata hasta el fondo" Sobre la marcha intento arreglarlo. "Que no es por nada, es que me leí dos relatos tuyos y no me gustaron..." (He dicho que lo intenté... no que lo consiguiera, ains, y no había bebido nada... si yo creo que espolvoreaban sidra en el aire). El pobre autor X me dijo que la novela estaba mejor y me animó a que la leyera, aunque creo que en mi cara se leía que no me apetecía mucho. Seguramente me odia en estos momentos. :( No era nada personal, hay muchos autores que no me gustan: Terry Pratchett, Poe... Ains... si encima el autor X es muy majo. ¡¡Lo siento!! :( Al final me llevé el libro a casa. 

En fin, en ese momento no sabía dónde meterme y no quería hablar para no cagarla más cuando se me acerca un desconocido y me saluda con gran efusividad. Yo me quedo un momento en plan: "Sí, hola" y me dice: "Soy Adriker" así muy serio. Doy entonces un salto de alegría. ¡Adriker! Yo lo conozco por ese nombre de los foros, en realidad se llama Jorge Asteguieta Reguero y compartimos antología en Calabazas en el Trastero: Catástrofes naturales, donde él tiene un magnifico relato. Por supuesto nos hicimos una foto, estaba tan contenta de verle que no me importó que nos la hicieran a pleno sol... salieron mal, y luego nos movimos a la sombra.

Con Adriker

Siguió llegando gente que se abalanzaba contra la barra de sidra (ver detrás de la foto) cuando Magnus y Melkor me dijeron de acercarnos a la ludoteca a echar una partida a algún juego y Laura se animó a venirse con nosotros. Al principio nos lanzamos sobre el de Juego de Tronos, pero ya era tarde y no nos iba a dar tiempo así que escogimos un juego más sencillo, el Dominium. El encargado de la ludoteca era el mismo chico que dio la conferencia el día anterior y sigo sin recordar su nombre. Nos explicó cómo se jugaba y allí volví a hacer el ridículo más absoluto porque no me enteraba y el pobre después de explicarlo un par de veces me miraba y yo decía que no, que ni papa. Empezamos a jugar en plan "aprenderemos sobre la marcha" y no llegué a enterararme del todo, pero descubrí una carta que fastidaba a los compañeros y lo pasé muy bien. La hora se paró corriendo y no pudimos terminar el juego; también me quedé con las ganas de volver otro día y echar la partida de Juego de Tronos, que tiene muy buena pinta (y además yo ya había practicado de reina ^^) pero no tuvimos tiempo :(

Volvimos... sí, lo adivináis, al bar, a recoger a la gente para ir a comer. La idea de ir de nuevo al restaurante que estaba lejos quedó descartada y hablamos de ir a la pensión, que se come bien y está cerca. Decidido, pero no nos movemos. Magnus empieza a ponerse nervioso, porque tiene que dar una charla a las cuatro, avanzamos cuatro pasos, esperamos, la gente sigue sin moverse, avanzamos otros cuatro pasos. Así poco a poco conseguimos llegar hasta la pensión. Por el camino fuimos hablando con Amaya Felices y su novio, ella nos contó las dificultades que estaba teniendo con su novela, por la mezcla de géneros que no termina de estar bien vista y él es rolero, con lo que pronto empezamos a contarnos anécdotas de partidas. Su grupo es más cafre que el mio.

Nos sentamos en la terraza, primero al sol, como había gente a la que le molestaba, cambiamos la disposición de las mesas y al final quedó una especie de tetris.

Mientras los demás trabajaban, yo intenté fotografiar el proceso, pero las fotos que saqué son horribles, esta es la mejor, ya con la mesa montada.

Estábamos muy bien y muy a gusto, charlando y al solecito, el tiempo pasaba y los camareros no venían, en realidad no importaba, si Magnus no hubiera estado cada vez más nervioso al ver que iba a llegar tarde a su charla: la música en el género fantástico. Al final llamó a la organización para intentar posponerla, porque tampoco veía que fuera a ir mucha gente porque todos estaban comiendo, pero al final no hubo hueco donde meterla. La hora de las cuatro de la tarde es muy mala para las conferencias, como ya comprobamos el día anterior (llegamos por los pelos y eramos como media docena en la sala) y este (que ni llegamos). Me atrevería a sugerir a la organización que el próximo año empiecen a las cinco aunque luego se alargue más por la tarde/noche, que total, nadie se acuesta temprano en una Hispacón.

A las cinco era la presentación del libro de Laura, que ya os cuento mañana.

Ains, se está haciendo largo... a ver si consigo terminarlo en el próximo.




4 comentarios:

  1. Con tanta gente pululando, tanta sidra..., pero error imperdonable no haberme presentado yo mismo, hija. Otra vez me garras de las orejas. Saludos.

    JM Tamparillas

    ResponderEliminar
  2. "no llegué a enterararme del todo, pero descubrí una carta que fastidaba a los compañeros y lo pasé muy bien"

    Pues menos mal que no te enteraste, porque si te llegas a enterar... no nos diste por saco con la carta esa ni nada XD

    ResponderEliminar
  3. Innsmouth, yo es que soy muy cortá y empiezo a pensar "este no sabrá quién soy, seguro que molesto" y por eso no me acerco a saludar a la gente :( ¡¡En la próxima saludo, lo prometo!!

    Magnus pues solo tenía una carta de esas ¿a que parecía que tenía más? xDDDDD Al final me estaba planteando coger otra, viendo el éxito que estaba teniendo xDDDDDD

    ResponderEliminar